Día de la Madre: poemas tiernos y extraños / Mother’s Day poems, tender and strange

 Jewelweed seedling in the backyard_May 5th 2016

Jean Nordhaus (nace 1939)

Un diente de león para mi madre

.

Cómo yo amaba esos soles apuntiagudos

arraigados tercamente, como la niñez, en la hierba;

resistentes como los niños de la granja – con sus grandes cabezas

(esos tapetes de cabello amarillo con el flequillo “corte a la taza”).

.

Cómo eran robustos eso amargones

y se transformaron en galaxias,

bóvedas de estrellas-fantasmas apenas visibles por día,

cerebros pálidos agarrándose de la vida en sus tallos verdes correosos.

.

Como tú.

Como tú, finalmente.

Si habías estado aquí, yo habría recolectado esa estera temblorosa

para enseñar la belleza que posea una cosa

una cosa que el aliento arrancará.

.

(2006)

. . .

Kenn Nesbitt (nace 1962)

Nota de amor en la lonchera

.

Dentro de mi lonchera

hay una nota de amor, acorazonada;

qué sorpresa – descansa ahí.

.

Se lee el exterior:

¿Serás mía?

¿Quisieras ser mi pareja de San Valentín?

.

La saqué,

preguntándome

quien quiera decirme Te Amo.

.

Quizás es una muchacha

que es tan tímida – no puede dármela

cara a cara.

O tal vez fue escribido, suavemente, a solas,

de una amiga secreta,

que buscó mi lonchera

y metió la nota – furtivamente.

.

Oh, estaré entusiasmado

si es Josefina

la linda en la fila segunda.

¿O sea Jennifer?

¿Ha descubierto que quedo encantado con ella?

.

Mi mente está encendido,

mis hombros – tensos;

no me necesita más suspenso.

Mi estómago se tambalea en mi garganta

abro mi pequeña nota.

.

Pues el mensaje retumba

igual que una bomba;

adentro se lee

Te quiero –– tu mamá.

.

(2005)

. . .

Robert Louis Stevenson (1850-1894)

A qualquier lector

.

De la casa tu madre te mira mientras estás jugando

alrededor de los árboles en el jardín.

Pero veas, si doy una miradita por la ventana de este libro,

que un otro niño existe, en otro jardín – a lo lejos –

y juega también.

.

Pero no pienses en absoluto que

podrás tocar a la ventena para

llamar a ese niño;

parece decidido a jugar a su negocio – su asunto;

no puede oírte y no te contemplará:

él no estará sonsacado de este libro.

.

Porque hace mucho tiempo

hablo la verdad –

ha madurado y se ha marchado,

y solo hay un niño etéreo que

se detiene en el jardín allí.

. . .

Judith Kroll

Tu ropa

.

Son cáscaras vacías, claro – sin esperanza de ánimo;

por supuesto son artefactos.

Aunque mi hermana y yo nos pongamos esas prendas

o donemos unas otras –

siempre serán tus vestidos, sin ti,

así como seremos para siempre tus hijas

sin ti.

.

(2000)

. . .

Grace Paley (1922-2007)

En el Día de la Madre

.

Salí y caminaba por el viejo barrio…

.

¡Mira! Hay más árboles en la manzana,

con “nomeolvides” en los alrededores;

hiedra lantana que brilla y

geranios en la ventana.

.

Hace veinte años

la gente creía que las raíces de los árboles

se meterían en la tubería del gas

pues se caerían, envenenados,

sobre las casas y los niños;

o saltarían a las cañerías de la ciudad,

hambreando por nitrógeno;

¡obstruirían el alcantarillado!

.

En esos días, durante las tardes,

yo flotaba en el trasbordador hacia Hoboken o Staten Island

pues empujaba a los bebés en sus carriolas

a lo largo de la pared del río, observando Manhattan.

¡Mira Manhattan!, grité, ¡Nueva York!

Donde no brilla, aun al atardecer,

pero la ciudad está parado en fuego,

carbón de leña hasta la cintura.

.

Pero durante esta tarde de domingo, este Día de la Madre,

caminé al oeste y llegué en Hudson Street;

banderas tricolores ondeaban sobre muebles en venta

hechos de madera de roble viejo;

armazones de la cama de latón,

y cacerolas y jarrones de cobre

– por libra de la India.

.

De repente, ante mis ojos,

veintidós travestis en un desfile alegre

metieron cojines bajo sus vestidos bonitos

y entraron en un restaurante

debajo de un letrero que se leyó:

Todas las madres embarazadas comen gratis.

.

Les observé colocando servilletas sobre sus vientres

y aceptando café y zabaglione.

.

Estoy especialmente abierta a la tristeza y la hilaridad

desde mi padre murió,

como si fuera un niño,

hace una semana,

y en su año nonagésimo.

. . .

Versiones de Alexander Best

. . .

Jean Nordhaus (born 1939)

A Dandelion for my Mother

.

How I loved those spiky suns,

rooted stubborn as childhood

in the grass, tough as the farmer’s

big-headed children—the mats

of yellow hair, the bowl-cut fringe.

How sturdy they were and how

slowly they turned themselves

into galaxies, domes of ghost stars

barely visible by day, pale

cerebrums clinging to life

on tough green stems. Like you.

Like you, in the end. If you were here,

I’d pluck this trembling globe to show

how beautiful a thing can be

a breath will tear away.

.

(2006)

. . .

Kenn Nesbitt (born 1962)

Lunchbox Love Note

.

Inside my lunch

to my surprise

a perfect heart-shaped

love note lies.

.

The outside says,

Will you be mine?”

and, “Will you be

my valentine?”

.

I take it out

and wonder who

would want to tell me

I love you.”

.

Perhaps a girl

who’s much too shy

to hand it to me

eye to eye.

.

Or maybe it

was sweetly penned

in private by

a secret friend

.

Who found my lunchbox

sitting by

and slid the note in

on the sly.

.

Oh, I’d be thrilled

if it were Jo,

the cute one in

the second row.

.

Or could it be

from Jennifer?

Has she found out

I’m sweet on her?

.

My mind’s abuzz,

my shoulders tense.

I need no more

of this suspense.

.

My stomach lurching

in my throat,

I open up

my little note.

.

Then wham! as if

it were a bomb,

inside it reads,

I love you—Mom.”

.

(2005)

. . .

Robert Louis Stevenson (1850-1894)

To Any Reader

.

As from the house your mother sees

You playing round the garden trees,

So you may see, if you will look

Through the windows of this book,

Another child, far, far away,

And in another garden, play.

But do not think you can at all,

By knocking on the window, call

That child to hear you. He intent

Is all on his play-business bent.

He does not hear; he will not look,

Nor yet be lured out of this book.

For, long ago, the truth to say,

He has grown up and gone away,

And it is but a child of air

That lingers in the garden there.

. . .

Judith Kroll

Your Clothes

.

Of course they are empty shells, without hope of animation.

Of course they are artifacts.

.

Even if my sister and I should wear some,

or if we give others away,

.

they will always be your clothes without you,

as we will always be your daughters without you.

.

(2000)

. . .

Grace Paley (1922-2007)

On Mother’s Day

.

I went out walking

in the old neighbourhood…

.

Look! more trees on the block,   

forget-me-nots all around them;   

ivy lantana shining,

and geraniums in the window.

.

Twenty years ago

it was believed that the roots of trees

would insert themselves into gas lines

then fall, poisoned, on houses and children;

.

or tap the city’s water pipes – starved   

for nitrogen; obstruct the sewers.

.

In those days in the afternoon I floated   

by ferry to Hoboken or Staten Island   

then pushed the babies in their carriages   

along the river wall, observing Manhattan.   

See Manhattan, I cried: New York!

Even at sunset it doesn’t shine

but stands in fire, charcoal to the waist.

But this Sunday afternoon on Mother’s Day

I walked west and came to Hudson Street: tricoloured flags   

were flying over old oak furniture for sale;

brass bedsteads, copper pots and vases

by the pound from India.

.

Suddenly, before my eyes, twenty-two transvestites   

in joyous parade stuffed pillows under   

their lovely gowns

and entered a restaurant

under a sign which said All Pregnant Mothers Free.

.

I watched them place napkins over their bellies   

and accept coffee and zabaglione.

.

I am especially open to sadness and hilarity   

since my father died – as a child,

one week ago in this his ninetieth year.

. . . . .

 

 


Poemas para el Día de la Madre

Flores de mayo_Tulipanes en Toronto
Jacobo Regen
Elegía
.
1.
Ibamos juntos, madre,
por una calle extraña
de una ciudad desconocida.
.
Los fanales temblaban
bajo la lluvia, iluminando rostros
que nunca vimos antes,
que no vemos ahora.
Nos miraban,
pero no lo advertíamos…
.
Con el dolor en alto
– que fue el único laurel para tu frente –
me absolvían tus ojos
de todo el desamor,
de la distancia
que puse entre tus sueños y mi vida.
.
2.
Yo no miro este cielo.
.
En cada nube, en cada gajo de inmensidad
hallaría un reproche
que desde el fondo de tu ausencia viene.
Porque de pronto escucho tu voz, tu voz lejana,
tu silencio,
y un sobrecogimiento de infinito tiembla en mi corazón.
.
Tú, sin embargo, me perdonas.
Y sigues, en mis sueños, envolviéndome
con tu mirada pura llena de luz sin fondo.
.
¿Por qué – me digo ahora –
por qué llega el amor cuando la rosa
sus cenizas esparce al firmamento?
.
Cuando se corporiza en el delirio
lo que vimos pasar como una sombra,
ebrios de nuestra muerte.
.
3.
Envuelta en una música doliente
llegas a mí de lejos, madre mía.
Y aunque no cantes tú, la melodía
vibra en mi corazón, llora en mi frente.
.
Pueblas mi sangre silenciosamente
y, al prolongarte en mí, soy tu agonía:
raído azogue, remembranza fría
de tanto amor y tanta luz ausente.
.
Madre, mi soledad a ti se aferra.
Nada me habita como tu recuerdo
por la infinita sombra iluminado.
.
Protégeme en las lindes de la tierra
donde sin causa ni razón me pierdo,
donde ya ni conmigo me he quedado.
. . .
Diana Raznovich
El Círculo
(A mi madre, Berta Schrager)
.
Yo viajaba en el centro de tus gestos.
Navegaba tu sangre.
Disfrutaba del Paraíso donde todo es cierto.
Vos fabricabas mi razón,
mis huesos,
la médula dorsal de mis secretos.
.
Yo lo recuerdo, madre.
O tal vez no. Tal vez no lo recuerdo.
.
Vos soñabas conmigo todo el tiempo.
Yo sería pianista:
fabricabas las manos del perfecto concierto.
Yo sería generosa y abierta:
Fabricabas un corazón espeso.
Me dabas las preguntas de un antiguo silencio.
.
Yo lo recuerdo, madre.
O tal vez no. Tal vez no lo recuerdo.
.
Yo colmada de todos los deseos
me bebía la noche inmemorial del universo.
Éramos el círculo feliz: la doble cara del espejo.
.
Yo lo recuerdo, madre.
O tal vez no. Tal vez no lo recuerdo.
. . .
Germán Berdiales
Mamita
.
Mamita, mamita,
si tú fueses árbol,
tu hijito en tus ramas
quisiera ser pájaro.
.
Si tú fueses río,
que va al mar cantando,
tu hijito en sus aguas
quisiera ser barco.
.
Mamita, mamita,
si fueses un río o fueses un árbol,
tú me acunarías
igual en tus brazos.
. . .
Rodolfo Alonso
Cantiga
.
El mar que madura
el dolor que ladra
.
Y nuestra madre
que nos hizo vivir.
.
La muerte que muerde
la vida que viene
.
Y nuestra madre
que nos hizo vivir.
.
La mano que manda
el amor que ama
.
Y nuestra madre
que nos hizo vivir.
. . .
Beatriz Vallejos
Mamá Teje
.
Sólo existen tus manos,
la hebra que trae, a cadencias,
el murmullo de un dialecto lejano.
Más allá del mar.
.
Al pie de la mecedora,
con la muñeca de ojos fijos
viajo contigo en tu ovillo.
.
Yo que soy una flor
en tus laderas de esmeralda
entiendo mirándote
el lenguaje de la bruma.
. . .
Juan José Hernández
La Madre
.
1.
.
Girasol de la siesta,
luz del verano,
y la fresca penumbra
que había en el cuarto.
Era el mundo
tu cuerpo moreno y ancho.
.
Los pájaros cantaban
– lenguas de llamas –
en sus jaulas de mimbre,
bajo la parra.
Era tu cuerpo el agua
de las tinajas.
.
Bostezaba la gata;
moscas pesadas
zumbaban en el vidrio
de la ventana.
(Sobre la almohada,
orquillas de tu pelo
desparramadas.)
.
2.
.
Vigilia perfumada
su obedencia de frutos
cada día.
.
A su amparo y volumen
despertaban los grandes
girasoles cautivos.
.
Certidumbre de ombligo
su claridad risueña
prometía.
.
Cuando la mecedora se apagaba
justo a los arcos de la galería,
.
de sus manos morenas, enlazadas,
la ternura del mundo descendía.
. . .
Alfonsina Storni
Palabras a mi Madre
.
No las grandes verdades yo te pregunto, que
No las contestarías; solamente investigo
Si, cuando me gestaste, la luna fue testigo,
Por los oscuros patios en flor, paseándose.
.
Y si, cuando en tu seno de fervores latinos,
Yo escuchando dormía, un ronco mar sonoro
Te adormeció las noches, y miraste en el oro
Del crepúsculo hundirse los pájaros marinos.
.
Porque mi alma es toda fantástica, viajera,
Y la envuelve una nube de locura ligera
Cuando la luna nueva sube al cielo azulino.
.
Y gusta, si el mar abre sus fuertes pebeteros,
Arrullada en un claro cantar de marineros
Mirar las grandes aves que pasan sin destino.
. . .
Osvaldo Rossler
Canto a la Madre
.
Madre,
tu hijo menor,
el ala más pequeña de tu carne,
te quiere hablar,
aunque no lo oigas, aunque mi llamado
quede tapado entre las cuatro
paredes que rodean mis días.
.
Madre de mis tinieblas,
madre de mi mediodía,
yo que fui tu vagido desde adentro,
tu ser más interior, tu anhelo máximo,
te quiero responder
aunque tú no hayas preguntado nada,
aunque tú seas una gran pregunta
que no exige respuesta.
.
Quiero hablarte, es decir, quiero nombrarte
con esta boca que es tu misma boca,
con este labio que copia la forma de tu labio,
con estas palabras
que desde antiguo han sido nuestro puente.
.
No puedo prescindir de tu presencia
porque aún mi sangre se nutre de la tuya,
porque todo mi ser sigue ligado
a la totalidad de tu existencia.
.
Cuando arranqué de ti, cuando dejé de ser
materia de tu fondo y fui el impulso carnal
originado por tu voluntad de vida,
no sabía de mí, me ignoraba por completo,
tú tenías, en cambio, la certeza
de mi reciente realidad,
la idea de conformar un bello destino.
.
Lo que era, madre, en esos días,
es casi semejante a lo de hoy,
porque nada ha cambiado,
porque se nace ya como se vive,
porque aquello que fui
no ha variado en el fondo.
.
Ah, no se trata de buscar
esa guarida de tu cuerpo,
se trata de vivir y de crecer,
se trata de insistir ante los otros,
porque la vida es esto: movimiento
de un cuerpo en otro cuerpo,
de un ser en otro ser que nos irradia.
.
Si te invoco
es porque quiero ahondar en este vínculo
que siendo el esencial
será el que aclarará mis fundamentos.
.
Por eso vuelvo a ti, toco tu imagen,
para intentar, para alcanzar
con el origen bien reconocido
la conquista final, esa conquista
de mí mismo que en ti halló la vida.
. . .
Selección de:  “A la Madre”: Poemas elegidos por María Elena Walsh © 1981
. . .
https://zocalopoets.com/category/favourites-favoritos/mujer-y-de-la-casa-de-iemanja-por-audre-lorde-woman-and-from-the-house-of-yemanja-by-audre-lorde-favourites-favoritos-2/
. . . . .

Poemas para el Día de la Madre – la Madre Luna, la Madre de Dios, y la Madre Patata – todos del idioma quechua

 

Poemas para el Día de la Madre

– la Madre Luna, la Madre de Dios, y la Madre Patata

– todos del idioma quechua

 

*


A Mama Luna (y al Padre…)

(Poema/canción quechua, de la época Inca,

transcribido por Felipe Guaman Poma de Ayala, 1615)

 

 

Luna, reina madre,

Por el amor de tus aguas,

Por el amor de tus lluvias,

Con caras de muerto, llorosos,

Caras de muerto, tiernos,

Tus niños de pecho

Por la comida y la bebida

Te imploramos.

*

Te imploramos, tu que gobiernas,

Padre, ¿en qué sitio estás?

¿En el lugar superior?

¿En esta tierra?

¿En los confines del mundo?

Envíanos tu agua

A tus necesitados, a tu gente.

 

 

Killa Mama

 

 

Killa quya mama,

Yakuq sallayki,

Unuq sallayki,

Aya uya waqaylli,

Aya uya puypuylli,

Llutu puchaq wamrayki,

Mikhuymanta yakumanta

Waqallasunki.

Waqallasunki, Pacha Kamaq

Yaya, may pachapi kanki?

Janaq pachapichu?

Kay pachapichu?

Qaylla pachapichu?

Yakullaykita kacharimuway

Waqchaykiman, runaykiman.

 

_____

 

Novenario de la Virgen de Chuchulaya

(Poema/canción quechua del siglo xviii)

 

 

Ya con mi llanto limpio mi pecho está,

dígnate oh Madre mirarlo ya,

tu luz encienda mi pensamiento

de tu pie intento no irme jamás.

*

Mansión oscura triste el mundo,

de sólo errores senda tal

soy tu mendigo, bajo tu manto

con tu amor santo me cubrirás.

*

A esta mi vida presto resuelve dar

un fin suave, Virgen de Paz,

estoy cansado, jadeante,

llévame contigo, dame la libertad.

*

Tú mi esperanza pura, tú eres mi fe,

tú mi alegría, Reina del Bien,

nunca te enojas, eres consuelo,

alza mi vuelo at Dulce Edén.

 

 

Virgen de Chuchulayapaq

 

 

Waqayniywanmin sunquy llinphuña kan

qhawaykullayña,  Jatun Mamáy,

unanchayniyta k’anchaykullaña

chakiykimanta nisripusaq.

*

Manchay laqhayyuq unphuy kay pacha kaq,

pantan pantaylla purisay chay,

waqchayki kani, munakuyniyki

munakuyninwan qhataykuway.

*

Tukukuyninta thuylla lanp’uta quy

kay kawsayniyman, Misk’i Llapay,

kani sayk’usqa ansaqisqalla

pusakapuway, qhispichiway.

*

Qanmin suyayniy llunp’a, iñiniy qan,

kusiyniy kanki, Sumaq Quya,

phiñakuyniyki ni jak’aq kanchu,

Janaq Pachaman phawachiway.

 

_____

 

Yo, tu pobre

(Anónimo, poema quechua popular, transcribido por C.F. Beltrán, 1889)

 

 

Yo, tu pobre, vengo

a ti, madre mía , a saludarte,

llorando para pedirte

ese tu bondadoso cariño.

*

Ya estoy aquí, madre mía,

a tus pies llorando,

escúchame, háblame

amando mi pobreza.

*

Tú te habías enterado, mi madre,

de toditas mis penas,

sufriendo el viento frío,

padeciendo la falta de afecto.

*

Sólo tú, paloma, con tus alas,

abrígame del frío,

sólo tú en mi padecimiento,

hazme beber, hazme comer.

*

La que mira todo, madre mía,

ama aún más a mi alma,

criándome bajo tu sombra,

llévame al cielo.

 

 

Nuqa Waqchayki

 

 

Nuqa waqchayki jamuni,

qan mamayta napaykusuq,

chay sumaq khuyaniykita

waqakuspa mañakusuq.

*

Kaypiña kani, mamáy,

chakisniykipi waqaspa

uyariway, jáy nillaway,

waqcha kayniyta khuyaspa.

*

Qan, mamaymi yachasqanki

tukuypi ñak’arisqayta,

chiri wayrata muchuspa

jina khuyay ususqayta.

*

Qanlla urpi, lijraykiwan

chirimanta jamach’away,

qanllataq ñak’ariyniypi

ujyachiway, mikhuchiway.

*

Chay tukuy qhawaq mamáy,

almayta astawan khuyay,

llanthuykipi uywawaspa,

janaq pachaman pusaway.

 

_____

 

Ranulfo Amador Fuentes Rojas

(poeta peruano contemporáneo)

Madre Papa (2003)

 

 

Cariñosa y encantadora madre,

tú que borbotas del corazón de la tierra,

de ese maternal corazón de surco fértil,

iluminas de júbilo nuestros ojos y nuestras bocas.

*

Grandioso alimento, herencia ancestral,

eternamente creces en nuestras vidas,

ofreciéndonos tus frutos de oro y plata

para merendar con tu amor nos llamas.

*

Ese tu corazón endulza mi existencia,

esa tu pulpa se suma a mis músculos,

mi hambre ya no es hambre con tu presencia,

¡Oh papita sancochada!  ¡Oh, sopita de papas!

 

 

Papa Mamay

 

 

Kuyakuwaqniy, ¡sumaq mamállay!

yana allpapa sunqumpi wiñaq,

mama pachapa sunqunmanta qispimuspa

ñawillaykuta, simillaykuta kusirichinki.

*

Taytaykupa saqikusqan, ¡hatun sunqu!

llaqtanchikpi wiña wiñay kawsaq mama,

quri qullqi chawchuykita mastaykuspa

mikunanchik wasinchikman qayawanki.

*

¡Chay sunquykim!  sunqullayta miskiykachin

¡qampa aychaykim!  aychallayman yapakuykun,

qam kaptikim kay yarqayniy kusirikun

papa yanuycha, lawachayki malliykuptiy.

 

_____