Marta Padilla: tres poemas por un poeta del exilio

Un delfín de revoque adornado un pabellón sobre la costa Holguín de Cuba_Playa Esmeralda_mayo de 2016Marta Padilla (1928-2004)

Llamadlo a secas, Hombre

.

Acorralado ha sido,

Mutilado en sus vísperas

En su niñez de ayer transfigurado

– Llamadlo a secas, hombre.

Su infancia era mi infancia

Sus tataguas y gatas en el techo,

De la angustía

Eran también las nuestras

– Llamadlo a secas, hombre.

¿Quién nos tomó de pronto la palabra

Conque andaba la sangre entre nativos?

¿Quién la saqueó de frutas y veleros

Y objetos desiguales de la vida?

¿Quién la violó

A la vista del cielo,

Frente al testigo oscuro y sorprendido?

Ay, ¿quién,

Quién lo llama a secas, hombre?

. . .

Gatillo

.

Casi a la hora de abrigar la casa

hay vocablos noctámbulos

seduciendo una vida que responde

a las tácticas nómadas del fuego.

.

(pasa el vivir, nombrándola)

.

cubana, antigua, marginal, poeta,

criatura sin otra criatura.

¿y qué?

. . .

El hijo que falta

(para Alex)

.

Viene a verme. Nos vemos.

Recorre la distancia inexistente

y espera en el umbral,

quieto, inquietante.

.

Forma creada, llega,

en su intocable realidad,

imaginada margen que lo aprende.

.

Me llama y me responde.

.

Da un paso más y paso a su espesura.

Ya damos con la esencia impenetrable,

restauramos el eco transitado

para poner en órbita la ausencia.

.

La cercanía es hoy un cielo abierto

poco nos queda por hacer del tiempo.

.

La esperanza y la nada nos subrayan.

. . . . .