Kofi Awoonor: “Poema encontrado” / “Found Poem”

Barack Obama at the Cape Coast Castle in Accra, Ghana, 2009. Photo by Pete Souza. Barack Obama durante su visita a la Fortaleza de la Costa del Cabo en Accra, Ghana, 2009. Foto de Peter Souza.

Barack Obama at the Cape Coast Castle in Accra, Ghana, 2009. Photo by Pete Souza. Barack Obama durante su visita a la Fortaleza de la Costa del Cabo en Accra, Ghana, 2009. Foto de Peter Souza.

Kofi Awoonor (Poeta de Ghana, 1935-2013)
Poema encontrado (1976)
.
En el este el día llega…
No digas que hemos empezado demasiado tempranito,
porque cruzaremos muchas cuestas
antes de envejecer.
Aquí la tierra es de una belleza sin par.
(Mao Tse Tung, 1934)
.
Miro hacia afuera de las barras de la Fortaleza,
la capa-corteza, la hilera embarrada de la edad;
en el rincón hay mi araña amigable
y se agacha por los jejenes incautos de mis días.
.
Hay tanto que debemos expiar.
Agujas de certeza
en las pinzas invisibles de arañas,
en el vuelo y curva de gaviotas.
Ellos conocen – yo juro –
los contornos de las Saharas onduladas,
y los océanos indigentes de nuestra historia.
Nos sentamos, y debatimos la caridad de nuestros captores.
.
Las luces están prendiendos,
la ribera se dobla en una bahía amplia
cerca de la Fortaleza; el mar es gris.
Ayer llovía en la víspera de mi año cuarenta y uno
– y esto dejó intactas todas mis derrotas.
.
Permíteme guiarte al campo.
Solo es como un semi-miembro del clan
de la cabra ritual
que puedo jalar al sitio del sacrificio mi canto.
Aquí en las canchas de dolor,
con el alquitrán y el humo de un gran fogón,
dirijo.
Mi riata es corta
pero pronto llegaré bajo del árbol.
.
Yo montaré ciento luchas para honrar a nuestros dioses
– y a nuestro líder amado.
En este lugar, no podrían resultarme más indiferentes

la masa esforzanda de la gente.
Aquí, en este lugar, me retiré antes de la Cuaresma,
hasta mi proprio trecho del frente de mar
– no puedo ver el maldito mar a causa de las paredes embarradas
construidas por los holandeses –
pero el litoral se cae en un golfo profundo;
no hay precipios.
.
Hallaron un bebé
– muerto de una semana –
enterrado en una tumba superficial
en el césped de la Fortaleza.
Pero yo quiero que mi tumba sea más honda.
.
Están serrando a través de nuestra leña.
Hoy es es día de la yuca;
el flautista queda silencioso;
quizás su tropa ha llegado en Georgia.
.
A no llegar me descompone,
pero, por el camino que yo he pisado,
no tengo ningunos arrepentimientos.
. . .
Del poemario La Promesa de Esperanza (The Promise of Hope): New and Selected Poems, 1964-2013,
© University of Nebraska Press, 2014.
. . .
Traducción del inglés al español: Alexander Best
. . .
Kofi Awoonor (Ghanaian poet, 1935-2013)
Found Poem (1976)
.
In the east, the day breaks; do not
say we have started too early;
For we shall cross many hills yet
Before we grow old; here
the land is surpassing in beauty.
(Mao Tse Tung, 1934)
.
I look out the bars upon the Castle
the crust, caked row of age;
in a corner my friendly spider
crouches for the unwary gnats
of my days.
.
So much there is we must atone.
There are spires of faith
in the invisible claws of spiders,
in the flight and curve of gulls.
These know, I swear,
the contours of the rolling Saharas
and the destitute oceans of our history.
We sit, debating the charity of our captors.

At night lights come on,
the shoreline bends into a broad bay
near the Castle;
the sea is grey.
Yesterday it rained on the eve
of my forty-first year
and left all my defeats intact.
.
Let me lead you into the country.
It is only as half clansman
of the ritual goat
that I bring my song to the place of sacrifice;
here in the pain fields,
asphalt and smoke of a large hearth,
I lead.
My rope is short.
I shall soon arrive under the tree.
.
I will stage a hundred fights in honour of our Gods
and our beloved leader.
Here, I could care less for the toiling masses.
I retreated here before Lent,
to my own stretch of sea front.
(I cannot see the damned sea
because of old caked walls
built by Dutchmen).
But the shore falls into a deep gulf;
there are no cliffs.
.
They found a week-old baby
buried in a shallow grave
on the front lawn of the fort.
I want my grave to be deeper.
.
They are sawing through our firewood.
Today is cassava day.
The flutist is silent;
perhaps his troops have arrived in Georgia.
.
Not to arrive upsets me,
And for the path that I have trod
I have no regrets.
. . . . .


Kofi Awoonor: poemas traducidos por Raúl Jaime Gaviria

Olaniyi Rasheed Akindiya_Ilu Keke_City of Bicycle_2010
Kofi Awoonor nació en Wheta, Gold Coast (ahora Ghana) en 1935. Su abuela lo involucró en la tradición oral de los Ewe. Algunas de sus libros de poemas son: Rediscovery and Other Poems, 1964; Messages: poems from Ghana, 1970; y Night of my Blood, 1971; Until the Morning After: Collected Poems, 1987; y la novela experimental, que él define como poema en prosa, This Earth, My Brother, 1971. Su libro The House by the Sea, 1978, habla acerca de su tiempo en la cárcel, a la que llegó por persecución política. Otros libros suyos libros publicados son: South of Sahara, 1975; The Ghana Revolution : A Background Account from a Personal Perspective, 1984; Comes the Voyager at Last, 1992; Latin American & Caribbean Notebook, y Africa: The Marginalized Continent, 1992.
La obra de Awoonor combina las tradiciones poéticas de su nativo pueblo Ewe y el simbolismo contemporáneo y religioso para representar África durante la descolonización. Él fue una de las víctimas que murieron en septiembre de 2013 durante un ataque terrorista en el centro comercial de Westgate en Nairobi, Kenia, por el grupo militante Al-Shabaab.
. . .
LOS PECES EN BÚSQUEDA
.
Algunas veces leemos líneas en la hoja verde
deslizamos nuestros dedos a través de la suavidad
de la preciosa madera de nuestros árboles vetustos;
Algunas veces incluso
una puesta de sol nos confunde,
mientras buscamos las líneas que propulsan las nubes
el esquema cromático
consta de múltiples diseños
que el primer artista compuso
Hay danzas en las calles de nuevo
la risa de los niños resuena
por toda la casa.
En la orilla del mar,
vestigios recientes de las últimas tormentas
hablan de una riqueza ancestral saqueada
arrancada, empeñada
por un padre irreflexivo
que vivía la vida de un Lord
y guiaba a las generaciones por venir
hacia la desesperación

y la ruina
¿Pero quién dice que nuestro tiempo ha concluido,
que el fabricante de cajas y el sepulturero
están de acuerdo,
o que los predicadores han oreado sus túnicas
y el coro y los tamborileros
están en ensayo?
No, donde el gusano come
un grano crece.
Las deidades conocidas
han medido el tiempo
con argumentos de eternidad
extendidos a través del viento
Y la muerte, aunque vendrá a la puerta
con su propia e inimitable tarjeta de entrada
habrá de encontrar una granja resucitada
con la risa y la danza
y el carnaval y la carne
del borrego y la hogaza
del nuevo maíz
Somos los celebrantes
cuyo campo en carnaval
fue una vez invadido por pícaros
y otros malos hombres
que interrumpen nuestra danza
con canciones y gestos obscenos
alguien dijo que un pez enfermo
nadó en nuestro lago
buscando un lugar en donde dejar su fardo
en consonancia con el Plan Original
Maestro, si puedes ser el remero
de nuestro bote
hazlo por favor.
Te pregunté antes
¿érase una vez una orilla
en casa, donde el malecón se ha estrechado
hasta el vértice de la infancia? Le damos la bienvenida a los viajeros
que vienen a casa en nuestro bote
frescos desde el árbol enhiesto.
. . .
VOLVIENDO A CASA
.
Muy
marcado
en el margen de nuestra vida
así está, el alado y desesperado anhelo
quema y sostiene
siempre.
El eterno dolor se resuelve
en el ojo inflamado
en el corte del codo.
Dios nos observa.
No buscamos más
que la belleza singular
de la victoria
y la muerte
la muerte extermina
los rojos rubores de la rosa
la curvatura del cuello del cardo
los anillos en el árbol del desierto.
Por eso ahora rechazo la muerte
contraproducente
terminal y mortífera
escojo más bien las colinas
y el mar cercano.
. . .
DESEO
.
Las estrellas arriba
artificiosas como alegres campanillas
El fragante rocío
cae en las hojas estropeadas
por la tormenta de ayer
me asomo al pote de hierbas
para leer el mensaje del más allá
Ni una voz, no hay fantasmas que susurren
Sólo voces de pescadores,
recogiendo las redes de caballas
venciendo al tiempo en los tambores de calabaza
En canciones que resuenan en el mar ante ellos
¿Dónde, dónde podrá estar?
¿Adónde habrá ido?
El alegre payaso de la aldea me
llama por mi nombre,
y me da un caurí colorido
en el caurí colorido tú escuchas el mar
y las palpitantes vibraciones de tu propia alma
¿Pero dónde? ¿Dónde podría ser?
El día permanece en quietud
a medida que los años pasan
y me sujetan en la única búsqueda
¿Qué es lo que buscas
en estas cenizas esparcidas por hogares olvidados?
Y en la chimenea donde cuelgan las ollas de la madre
Revelando pasadas tribulaciones
y futuras glorias
¿Glorias? ¿Quién dice que son glorias?
Siento el aroma de sus cuerpos entalcados tras de mí
humedecidos en palmas de olivo
las ropas con olor de alcanfor
sacadas ayer de la caja de la vieja dama.
Dicen que al final del viaje hay un lugar para el descanso
lleno de vacas muertas y sepulturas hambrientas
Que no te dan la oportunidad
Sí, la oportunidad de medir
tus propias limitaciones
Además de tus futuras glorias
Los que llevan los féretros hieden a licor y a vómito
el muerto se levanta, los mira
y vuelve a morir
La luciérnaga te muestra el camino al lugar de los cráneos
y allí te encuentras a ti mismo
reclinándote en una mecedora
observando la armonía de los perdidos
Sí, la ceremonia de los
trotamundos que extraviaron
su camino de regreso a casa
y escogieron el putrefacto
olor de la muerte.
. . .
ALIMENTAR A NUESTRO PUEBLO
.
No me vistas todavía
no me lleves al montículo ante los dolientes.
Aún tengo una cita con
el rocío de la mañana
un poema por escribir
un campo a ser arado
un amante que tocar
alguien a quien consolar
antes que me amortajes
¿Ha llegado ya la invitación desde la India?
Debo ir al encuentro del atardecer
y compartir con las palomas en aquella isla
Debo reencontrarme con mis amigos en Agra
allí me deben cuatro cuadros y una memoria
¿Por qué no estamos pariendo las vacas
o pastoreando las ovejas perdidas
nosotros mismos?
¿Por qué creemos que otros deben guiar nuestros caballos
pastorear nuestras ovejas
y alimentar a nuestro pueblo?
Debemos criar a los niños
y construir caminos
despejar los senderos que van a los campos de cultivo
y purificar los santos lugares,
y ¡oh! debemos encontrarnos
con el húmedo rocío matutino,
trabajar con el sol tempranero
hasta el punto de que venga a casa con nosotros.
Sólo después de la limpieza
podremos sacar afuera nuestros tambores
recordar viejas glorias
y antiguos dolores
con la danza
nuestra danza
cuando la noche final se descargue sobre nuestras cabezas
como lo hizo sobre las de nuestros padres
habremos de retirarnos
a nuestro humilde hogar
tierra segura, satisfechos de haber cumplido
con nuestro deber con el pueblo.
Nos enfrentamos al reto de la historia
y no tuvimos miedo.

.     .     .

Traducciones del inglés al español © 2007, Raúl Jaime Gaviria
. . . . .


“Esta canção ardente”: “Quenguelequêze!” de Rui de Noronha

ZP_Lua nova

Rui de Noronha

(poeta e contista, Maputo, Moçambique, 1909 – 1943)

Quenguelequêze!”

.

Durante o período de reclusão, que vai do nascimento à queda do cordão umbilical das crianças, o pai não pode entrar na palhota sob pretexto algum e ao amante da mãe de uma criança ilegítima é vedado, sob pena de a criança morrer, passar nesse período defronte da palhota. O período de reclusão, entre albumas famílias de barongas, é levado até ao aparecimento da primeira lua nova, dia de grande regozijo e em que a criança, depois de uma cerimónia especial denominada “iandlba”, aparece publicamente na aldeia, livre da poluição da mãe.

.

Quenguelequêze!… Quenguelequêze!…

Quenguelequêêêzeee

Quenguelequêêêzeee

.

Na tarde desse dia de janeiro

Um rude caminheiro

Chegara à aldeia fatigado

De um dia de jornada.

E acordado

Contara que descera à noite a velha estrada

Por onde outrora caminhara Guambe

E vento não achando a erva agora lambe

Desde o nascer do sol ao despontar de lua,

Areia dura e nua.

.

Depois bebera a água quente e suja

Onde o mulói pousou o seu cachimbo outrora,

Ouvira, caminhando, o canto da coruja

E quase ao pé do mar lhe surpreendera a aurora.

.

Quenguelequêze!… Quenguelequêze!…

Quenguelequêêêzeee

.

Pisara muito tempo uma vermelha areia,

E àquela dura hora à qual o sol apruma

Uma mulher lhe deu numa pequena aldeia

Um pouco de água e “fuma”.

.

guelequêêêzeee!…

.

Descera o vale. O sol quase cansado

Desenrolara esteiras

Que caíram silentes pelo prado

Cobrindo até distante as maçaleiras…

.

Quenguelequêêê…

.

Vinha pedir pousada

Ficava ainda distante o fim de sua jornada,

Lá muito para baixo, a terra onde os parentes

Tinham ido buscar os ouros reluzentes

Para comprar mulheres, pano e gado

E não tinham voltado…

.

Quenguelequêze! Quenguelequêêêze!…

Surgira a lua nova

E a grande nova

Quenguelequêze! ia de boca em boca

Numa alegria enorme, numa alegria louca,

Traçando os rostos de expressões estranhas

Atravessando o bosque, aldeias e montanhas,

Loucamente…

Perturbadoramente…

Danças fantásticas

Punham nos corpos vibrações elásticas,

Febris,

Ondeando ventres, troncos nus, quadris…

E ao som das palmas

Os homents cabriolando

Iam cantando

.

Medos de estranhas, vingativas almas,

Guerras antigas

Com destemidas ímpias inimigas

E obscenidades claras, descaradas,

Que as mulheres ouviam com risadas

Ateando mais e mais

O rítmico calor das danças sensuais.

.

Quenguelequêze!… Quenguelequêze!…

.

Uma mulher de quando em quando vinha

Coleava a espinha,

Gingava as ancas voluptuosamente

E posta diante do homem, frente a frente,

Punha-se a simular os conjugais segredos.

Nos arvoredos

la um murmúrio eólico

Que dava à cena, à luz da lua um quê diabólico…

Queeezeee… Quenguelequêêêzeee!…

.

Entanto uma mulher saíra sorrateira

Com outra mais velhinha,

Dirigira-se na sombra à montureira

Com uma criancinha.

Fazia escuro e havia ali um cheiro estranho

A cinzas ensopadas,

Sobras de peixe e fezes de rebanho

Misturadas…

O vento perpassando a cerca de caniço

Trazia para fora um ar abafadiço

Um ar de podridão…

E as mulheres entraram com um tição.

E enquanto a mais idosa

Pegava criança e a mostrava à lua

Dizendo-lhe: “Olha, é a tua”,

A outra erguendo a mão

.

Lançou direita à lua a acha luminosa

O estrepitar das palmas foi morrendo

A lua foi crescendo… foi crescendo

Lentamente…

Como se fora em branco e afofado leito

Deitaram a criança rebolando-a

Na cinza de monturo.

E de repente,

Quando chorou, a mãe arrebatando-a

Ali, na imunda podridão, no escuro

Lhe deu o peito

O pai então chegou,

Cercou-a de desvelos,

De manso a conduziu com [sic] os cotovelos

Depois tomou-a nos braços e cantou

Esta canção ardente:

Meu filho, eu estou contente.

Agora já não temo que ninguém

Mofe de ti na rua

E diga, quando errares, que tua mãe

Te não mostrou à lua.

Agora tens abertos os ouvidos

P’ra tudo compreender.

Teu peito afoitará impávido os rugidos

Das feras sem tremer.

Meu filho, eu estou contente

Tu és agora um ser inteligente.

E assim hás-de crescer, hás-de ser homem forte

Até que já cansado

Um dia muito velho

De filhos rodeado,

Sentindo já dobrar-se o teu joelho

Virá buscar-te a Morte…

Meu filho, eu estou contente.

Meu susto já lá vai.

.

Entanto o caminheiro olhou para a criança,

Olhou bem as feições, a estranha semelhança,

E foi-se embora.

Na aldeia, lentamente,

O estrepitar das palmas foi morrendo…

E a lua foi crescendo…

Foi crescendo…

Como um ai…

.

Quando rompeu ao outro dia a aurora

Ia já longe… muito longe… o verdadeiro pai…

.     .     .

ZP_Rui de Noronha

António Rui de Noronha nasceu na então Lourenço Marques – atual Maputo – Moçambique, em 1909. Mestiço, de pai indiano, de origem brâmane, e de mãe negra, foi funcionário público (Serviço de Portos e Caminho de Ferro) e jornalista. O autor colaborou na imprensa escrita de Moçambique, notadamente em O Brado Africano, com apenas 17 anos de idade. Esta produção inicial, que se reduziram apenas a três contos, e que correspondem ainda a uma fase de afirmação literária, virá a ser prosseguida a partir de 1932, com uma intervenção mais activa na vida do jornal, chegando mesmo a integrar o seu corpo directivo.

Uma desilusão amorosa, causada pelo preconceito racial, fez, segundo os seus amigos, com que o escritor se deixasse morrer no hospital da capital de Moçambique, com 34 anos, em 1943.

Seu professor de Frances, Dr. Domingos Reis Costa reuniu, selecionou e revisou 60 poemas para a edição póstuma intitulada Sonetos (1946), editado pela tipografia Minerva Central.

Sua obra completa está reunida em Os meus versos, publicada em 2006, com organização, notas e comentários de Fátima Mendonça.

Rui de Noronha é considerado o precursor (mais jovem) da poesia moderna Moçambicana.

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