Odette Alonso: La ciudad dentro del poema

Mi sombra en la pared bajo el puente_Toronto_junio de 2016

Odette Alonso (nace 1964)

Extraños en la ciudad

.

Ellos nos vieron con sus ojos de vidrio

algo nos delataba

nos declaraba inmunes

éramos dos extraños en la ciudad neutral

y los sabían.

Qué podían hacer

las ciudades neutrales son un banco de arena indiferente,

una llanura virgen.

Nadie levanta su dedo ante el viajero

nadie acusa al que pasa sin dejar una huella.

Ellos nos vieron

así nos desnudamos en todas las paredes

nos sacamos el alma como una tela blanca

y sonreímos.

Qué suerte los extraños en la ciudad neutral

Qué suerte el horizonte de breve promontorio.

Así debiera ser la libertad

un desandar las calles y luego el cuerpo amado

sin el ojo pendiente ni la señal de alarma.

La paciencia nos trajo

La paciencia que acaba al medio del domingo.

La paciencia son dos que esperan para amarse

otra ciudad neutral donde nadie los sepa

donde ningún vecino y ninguna ventana

donde todos nos miren con sus ojos de vidrio.

. . .

Llanto por la ciudad cuando me alejo

.

Qué sola te quedaste,

mi madre, con tus huesos (Eliseo Diego)

.

Qué culpa tiene madre

con tanto orgullo y tanto título en la frente

de que sus hijos huyan para hacerse crecer.

Qué culpa tiene la pobre de los muros

del que se eleva sobre su cadáver

y le vacía el alma.

Oh ciudad

cuánto amor se me cae

qué triste te me vuelves entre tanta montaña.

Qué sola estás.

A qué manos entregaste tu vejez

con qué artificios te cubren el semblante.

Cómo es posible ciudad

cómo es posible

este patriótico olvido en que te dejan.

. . . . .