Poemas de Amor y Deseo: Alfredo, Jorge, Javier, Odette, Minerva y Kenny
Posted: December 9, 2013 Filed under: Spanish | Tags: Poemas de Amor y Deseo Comments Off on Poemas de Amor y Deseo: Alfredo, Jorge, Javier, Odette, Minerva y KennyAlfredo Fressia (nacido en 1948, Montevideo, Uruguay / São Paolo, Brasil)
“Bésame Mucho”
.
Así: él, que tanto me había amado,
se casó con ella
pero me dejó por otro.
.
¿Qué te hice después
que no me olvido?
.
“Bello Amor”
.
Bello amor, bellos amantes,
porque el amor no pasa
de un memorial de hombres que me amaron,
el sexo idéntico, idéntico
el ancestro conjugado,
bello y estéril, bello
porque estéril, porque destinado
al memorial de hombres que me amaron
de antes, sin después, al otro
lado de sus vidas, sin otro
rostro que el insomne
habitante del deseo, se consume
de belleza antes, siempre antes de los hombres,
el memorial de hombres que me amaron.
.
“Eterna”
.
Qué fiesta el gesto de tu cuerpo, muchacho,
trampolín para fuera de los huesos,
salta tu gozo, suelto
me asalta, te rapta por ancestros
implacables de piel y sudor y esta cerveza
de los gestos, este salto a venideros del deseo.
Qué fiesta del arco y de los cuerpos,
muchacho, qué marea de música y de celo
de vuelta repitiéndonos a tiempo
de estertores, a eternos en el cuerpo
místico del gozo, salados hijos
de los hijos de tu gesto.
.
“Memoria”
.
¿No me desarmo yo de la condena, no abandono
la trama de los huesos,
no se me erizan esponjas en el dorso,
muchacho, curva aguda del mundo
y el deseo, subiéndola incansable
por tus muslos, la muerte provisoria
que no acaba?
.
“Travestí”
.
Ángel barroco, siempre
el muchacho agrietado detrás de las violetas
estira la punta del deseo
hasta tus dedos. Aquí una calavera
estalla en tu sudor,
una mano judía te tuerce del destino,
se durrumba, grita un agorero
tu horóscopo de miedo
y se destruye. Orfebre de la nada:
un sudor nuevo, casi nada
en tus dedos.
.
“Él se muere”
.
Adiós. El
se muere y ya no soplo, no
tengo costillas, muere
de verano gigante,
de perla salvaje que se muere,
de rosa barroca que estalla como un templo
y yo no puedo
reclamar los secretos que incendié,
las torres que alcé para su pétalo,
este perfume a incienso
de rosa de
nada.
Adiós. El
se muere. Se desvanece abolida
su larga dinastía. Ah, se muere
la gloria, la serpiente sabia y medieval del mundo
muere, depone su imperio cada miembro.
Derrumbado castillo, cuerpo
ardido y amado. Adiós.
Dura ley de un verano. El
se muere.
.
“Santo Domingo Mulato”
.
La Iglesia y la Cárcel Real bajo la luna,
souvenirs de la Conquista, espectros íntimos
del siglo XVI en la Hispaniola.
El me esperó tras el Alcázar de Colón
con el viejo walkman al oído
y una flor de caoba para la suerte.
Apresé su carne
y su alma
en mi boca,
mi hostia
sucia y sagrada.
Después me fui por la calle del Conde,
limpias las comisuras de los labios.
Un tambor escapaba del centro de la isla.
. . . . .
Jorge H. Farfán
“Anoche”
.
Anoche dormía,
soñaba que tu eras mi cielo,
plagado de estrellas y cometas,
plagado de mil luces que formaban
un millar de reflejos en tu ojos.
soñaba que tu eras eterna, te soñaba
suave, libre, ardiente.
Anoche dormía y con ello soñaba,
Anoche dormía y sentía en mi pecho
tu cara, tus pechos y tus manos,
tu cuerpo, tus sentimientos,
tu ser, lleno de exquisitos misterios.
Anoche brinqué al sentir tu roce en mi piel,
anoche eras una luz que iluminaba mi silencio.
Eras tu, era yo, éramos los dos, éramos nosotros,
tu y yo, uno sólo, por un momento infinito,
fui tuyo, fuiste mía, fuimos uno sólo.
Tu piel era mi piel, tu sudor confundido con el mío,
tu pelo enredado en mis manos, nuestros cuerpos
enredados en una sola y silenciosa forma, bella,
llena de matices, plagada de mil luces y colores.
Anoche, creí dormir, profundamente dormido,
creí que sólo eras una fantasía, creí morir.
Anoche, tu mi cielo, llenaste de alegría mi vida,
eras tu, éramos nosotros, éramos un cielo
una vez más y para siempre,
plagado de estrellas y cometas.
dedicado a ti que llenas mi vida de alegría.
. . . . .
Javier Mora (nacido en 1983, Bayamo, Cuba)
“Nuestro Encuentro”
.
El día que te bese en nuestro encuentro
subraya en rojo un blanco calendario
no será un beso solo imaginario
sino de un terremoto el epicentro.
.
Seré saeta y tú serás el centro
será tu cuerpo dulce itinerario
será tu amor vital y solidario
veraz así lo sueño yo por dentro.
.
Ese día que pueda yo tenerte
solo aspiro a mi amor poder yo darte
besándote poder entretenerte
con abrazos poder yo consolarte
adivinando cuanto quiero verte
seré refugio y tú mi baluarte.
. . . . .
Odette Alonso (Cuba, 1964)
“Moriremos de Amor”
.
Todos los vientos llegan como una manotada
y yo cubro tu cuerpo lo incorporo
quiero aliviarme en ti.
Hace un segundo la luna era distinta
y no había ese susto en tu mirada.
Algo nos viene encima
ese sordo rumor es un presagio.
Cierra los ojos pronto amiga mía.
Es el amor que llega.
. . . . .
Minerva Salado (La Habana, Cuba)
“La Trama”
.
Amo el amor que viertes sobre mí
con su carga de sal y de mareas
amo la dulce huella de tu boca
encima de mis manos
nueces de ti recibo
toco tus pies desnudos en el prado
y en silencio los amo
en tus hombros cruzados por el viento
pongo gotas de lluvia cual zumo de limón.
Pienso en el tiempo que estaremos juntas
y creo mientras pienso en que la eternidad
nos acompaña.
Mi cuerpo teje surcos para tí.
Amo la lágrima que surge de tu sueño
y la llamo simiente
líquido integrador del infinito.
. . . . .
Kenny Rodríguez (Quezaltepeque, El Salvador)
.
Este deseo diario
de rascar tu espalda
tibia y sudorosa,
de brillar en tus ojos
quietos y profundos,
de amarte salvajemente
hasta deshilachar
las soledades,
de ruborizarme
con plena conciencia
cuando encuentro
mi desnudo
entre tus labios,
será mi compromiso
único y vital.
.
“Quiero” (a FVCH)
.
Navegar sobre tu espalda
dulce y tibia
guardar cada lunar entre mis dedos;
saborear la sonrisa de tus ojos
que hipnotizan a su encuentro,
quiero recorrer tu cuerpo,
descubriendo todos sus rincones
tus relieves, tus planicies, tus cuevas…
conociendo tus olores, sabores, sonidos, detalles…
ganándome el derecho de vivir allí
explayada en todo su ancho,
plena…
Vivirlo a tu cuerpo
que me asombra, que me gusta
como tu rostro sonriente.
. . . . .