(Catalizador y motivador de la literatura caribeña / Poeta)
Poemas en prosa:
del poemario Cruce de Sueño (Crossroads of Dream) (2003)
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La misma dirección durante cuatro décadas – ¿estabilidad o inercia?
Un solo empleo desde la edad de dieciséis – ¿virtud o fracaso?
Nunca había residido or estudiado en el extranjero – ¿restringido o contento?
Su cacharro y él – juntos para veinticinco años.
La misma esposa, los mismos hijos para cuarenta años
– ¿un compromiso de larga duración o un terror de cambio?
¿Puede ir al próximo nivel, o siempre estará fijado a éste
pues lo encantará eternamente?
El mismo corazón – latiendo desde su nacimiento.
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La araña Anansi se escabullía sobre el cielo de la habitación – como un ninja.
Silenciosamente se centró para capturar una panzada. Mientras concentrándose
en su comida no se dio cuenta de la lanza que se preparaba para arponearle.
Él escuchó la oración halal; sintió las mantras kosher; las bendiciones baraka bashad.
Mientras tanto, el gigante estuvo listo para enviarle hasta su próxima encarnación.
No puedo viajar con la barriga hambrienta, pensó, y de repente dejó descender a sí mismo
una distancia escarpada, y aterrizó el piso cerámico. Corriendo en piernas tambaleantes,
él pasó zumbando hacia la oscuridad, desesperado por esquivar. Apresurándose, corriendo
a las zonas oscuras – demasiado rápido por la araña – un guerrero sobrecargado de vejez.
Se escapó en un recoveco, aterrado pero vivo, y seguro hasta la próxima tentativa de comer.
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Erupciona la hermosura antes del comienzo del tiempo de la cosecha
y los retoños proclamando su plenitud. Borlas cónicas deslumbran el
paisaje navideño de cañas de azúcar. Ellas brillan como los fuegos
artificiales del Año Nuevo que saludan las mañanas de enero – fuegos que
se cortan el chorro – aleatoriamente – después de una expresión efímera pero
gloriosa, de deleite.
Pues, comienza el esfuerzo amargo, y la belleza se inclina por las cuchilladas
de brazos golpeandos que le arrazan a ella en la causa de supervivencia.
Carretillas y remolques rodan, las ruedas de las fábricas gruñen, y el calor
convierte en la riqueza la realidad. El hollín se difunde y cubre el lugar de belleza
con la pátina del Hades. Del sitio de cremación, cercano, el humo oscurece el cielo.
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Mientras sale a caminar al kiosco de diarios, la blancura de platino
del sol baña el valle con las bendiciones. Los vecinos del hombre,
sus cuatro rosas rojas se balancean con un resplendor al aire – como
unos besos del bel alba. La neblina de las colinas se desvanecía
como el aliento del dulce amante al momento de separación.
De pronto, el día parecía tan bendecido y espléndido:
Fue posible, casi posible, olvidar la amenaza a la seguridad de una
confrontación entre el Gobierno y unos insurgentes aspirantes que
habían amenazado nuestra urbanidad y seguridad una vez antes.
Fue un momento yuxtapuesto entre el sagrado y el vulgar. Él estuvo balanceando
en el humbral de una emoción inexplicable, y reflexionó sobre un querido
amigo. Cuando regresó, su esposa estuvo regando sus flores amadas para
salvaguardarlas de las atenciones abrasadoras del ojo antillano al cielo.
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Anson Gonzalez
(Catalyst and motivator for Caribbean literature /
Poet / born Trinidad & Tobago)
Prose poems from Crossroads of Dream (2003)
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Same address for four decades – stability or inertia? One job
since sixteen – virtue or failure? Never lived or studied abroad
– limited or contented? His old car and he – together for
twenty-five years. Same wife and children for forty years –
longterm commitment or fear of change? Can he go into the next
plane – or will he be attached forever to this one and haunt it
eternally? Same heart beating beating from birth.
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Anansi slinked on the ceiling like a ninja. He quietly settled
in to capture a bellyful. Concentratin on his meal, he didn’t
notice the pole preparing to spear him. He heard the halal
prayer. He sensed the kosher incantations, the baraka bashad
blessings, as the giant prepared to send him to his next
incarnation. Can’t travel on hungry belly, he thought, dropping
suddenly the precipitous distance, hitting the tiled floor,
running on kilkitay legs, scurrying to the darkness, desperate
to escape. Scurrying, hurrying into the darkened areas, too fast
for the age-encumbered warrior, to escape in a crevice, terrified
but alive; safe till another attempt at feeding.
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Beauty erupts before croptime starts and ratoons announce
their time of fullness. Conical tassels dazzle the Xmas canescape.
They shimmer like New Year’s fireworks on January mornings
that go out desultorily after their short-lived but glorious
expressions of delight. Then, bitter toil begins; beauty bows to
the slash of striking arms that lay her low in the cause of survival.
Carts and trailers trundle, factory wheels grumble; heat converts
reality to wealth. Soot spreads and covers beauty’s place with a
patina of Hades. From the nearby cremation site smoke darkens the sky.
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As he stepped out to go to the newsstand, the platinum
whiteness of the sun bathed the valley with its blessings. His
neighbour’s four red roses swayed resplendently in the air like
beautiful dawn kisses. Mist on the hillsides was dissipating
like a sweet lover’s breath at the moment of parting. Day
suddenly seemed so blessed and glorious that one could almost
forget the security threat in a confrontation between Government
and some would-be insurrectionists, who had threatened our
civility and safety once before. It was a moment juxtaposed
between sacred and profane. As he balanced on the cusp of an
inexplicable emotion, he though of his dear friend. When he
returned, his spouse was watering her beloved flowers to save
them from the scorching attentions of the Antillean eye in the sky.
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Anson Gonzalez no empezó a escribir sus propios poemas hasta 1984, aunque había encabezado un movimiento literario en su nación nativa – Trinidad y Tobago. Fundó la revista pancaribeña New Voices (Nuevas Voces) durante los años 70, y lanzó el evento anual Poetry Day (Día de la Poesía) en octubre de 1979. Fue coadyutorio también en la creación de la Writers’ Union of Trinidad y Tobago (Unión de Escritores de Trinidad y Tobago).
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Anson Gonzalez began writing poetry in 1984, though he had been involved in the arts – as founder and editor of The New Voices bi-annual journal during the 1970s. He was an important motivator and promoter of literary culture in the Caribbean – and in Trinidad & Tobago most especially. Poetry Day, observed every October, was an event launched by Mr. Gonzalez in 1979, and he also helped to form the Writers’ Union of Trinidad and Tobago. Survived by his wife Sylvia, T&T’s Poet Laureate died in 2015, in Cardiff, Wales, where his adult daughters have made their home.